Hoy por fin, logre retomar el libro de Benjamín que estoy leyendo: “La humildad de Dios”. La lectura de hoy me ha pegado mucho y me ha dejado pensando todo el día. Tal vez muy a propósito de muchas situaciones que han ocurrido en estos días.

Al final hoy me quedé con esta frase: “ No tenemos el control absoluto de nuestro mundo”. Antes de ponerla en el contexto en que Benjamín las dice, quiero transmitir lo que sentí al leerlas.

Esta mañana mientras leía me dio por pensar que en realidad no tenemos el control absoluto del mundo porque al fin y al cabo tampoco tenemos el control absoluto de nuestra vida, sabemos lo que ocurre en este justo momento de la vida, pero  no sabemos lo que nos va a traer el futuro.

Que difícil se nos hace ir por la vida pensando lo incierto que es el futuro. ¡que extraño se hace vivir si lo pensamos de esa forma!. Veamos… nos levantamos en la mañana con unos planes para el día, pero cualquier asunto ocurre y los planes se van al trasto de la basura en un segundo. La vida al final transcurre como ella quiere y ni siquiera nos pide permiso para cambiar nuestros planes.  Pensar en esto me entristeció. Uno puede intentar que cada momento que la vida sea como uno quiere pero al final no tenemos el control de ella.

No debería sacar la frase de Benjamín del contexto, nunca me gusta escribir con pesimismo, porque creo que la vida está llena de malas nuevas y no me gusta ser portadora de ellas… así que aquí la otra cara de la moneda o la perspectiva de Benjamín.

La vida mirada de esa forma es, dice Benjamín,  “como el campesino que echa la semilla en la tierra y solo puede esperar el resultado de un proceso que no está en sus manos… es el tiempo de no saber, de no hacer, de no comprender… solo puede confiar y esperar”

Y hoy mientras hablaba con un amigo de mi tristeza y mi reflexión, el me decía eso mismo en otras palabras, y por supuesto no estaba de acuerdo conmigo: “Hay muchos imprevistos en la vida, pero en general cada quien va trazando sus caminos”. Tal vez solo de eso se trata, finalmente si el campesino no echa la semilla en la tierra, nada va a salir de ella; si no vamos trazando y pensando en el camino que queremos para nuestra vida, nada va a salir de ella.

Tal vez hoy simplemente es un día difícil, uno en que uno piensa que las cosas que le ocurren no son precisamente las mas justas, en el que uno piensa que no hizo tantas cosas malas para merecer otras; uno en que la soledad le pega en lo profundo del ser y donde “confiar y esperar” por más fe que tengamos se hace a veces tan lejano.