En estos días ando un poco pensando en el trabajo y en las responsabilidades. Debe ser porque me han tocado unos días bien intensos de trabajo, y he sentido que he descuidado mis asuntos personales por el trabajo.

Las reflexiones de Grum me han puesto a pensar mucho.

“El trabajo es un desafío espiritual. En el percibo el desafío de dar vueltas a mi mismo y abrirme a Dios. En el modo en que realizo mi trabajo se pone de manifiesto mi espiritualidad. En el trabajo ejercito actitudes esenciales que me exigen igualmente el camino espiritual: desinterés, amor, entrega, credibilidad, confianza, claridad y justicia” Encuentra tu equilibrio Interior

El problema es que he tenido la sensacion de que esto no esto me ocurre, creo que una de mis mayores frustraciones es no poder sentir que en mi trabajo se pone de manifiesto la voluntad de Dios. En estos últimos dias  he tratado de sentir o percibir de que forma esto ocurria en mi trabajo y no lograba encontrar la respuesta hasta ahora.

Hace un rato pensaba sobre mi trabajo, y en realidad me gusta lo que hago. En mi trabajo de consultoria ayudo a las empresas en el desarrollo de sistema de seguridad e inocuidad de alimentos, y me siento contenta, cuando algunas de las personas con las que me reúno, manifiestan satisfacción con lo que les digo, o con la forma en que desarrollo algún documento o un trabajo.  Se que no es orgullo o ego personal, porque siempre yo entrego lo poco que se con un gran desinterés, con entrega, la gente siente confianza en el trabajo que hago y tengo credibilidad, hacemos el trabajo con transparencia, y cuando se trata de  remuneración siempre trato de ser justa. Así que de repente he caído en la cuenta de que en la forma en la que desarrollo mi trabajo he encontrado muchas de las actitudes de las que habla Grum, que ponen de manifiesto el camino hacia la espiritualidad.

Pensaba que a veces queremos encontrar mas profundidad de la que realmente hay en nuestra vida cotidiana. La vida es sencilla y en el trabajo diario, rutinario de cada día también podemos encontrar con profundidad a Dios, sin hacer mayor esfuerzo.

Hoy tengo deseos de sentirme contenta con mi trabajo… de sentir que puedo aplicar a mi rutina del trabajo las reflexiones de cada día, sentir que de alguna forma he logrado sacar del silencio de mi habitación y de la mañana, lo que Dios quiere y espera de mi, y he logrado traspasarlo a lo que hago cada día.

Aprendí de mi papa que “Las cosas se hacen bien o no se hacen” y creo que ese principio de vida aplicado a mi trabajo me ha permitido hacer las cosa “según la voluntad de Dios”.

Gracias Señor porque tengo trabajo, porque tengo la dicha de disfrutar y divertirme con lo que tengo que hacer cada día.