Fue a Javier a quien le escuché decir que recordar es volver a pasar por el corazón. Cuando recordamos cosas divertidas que han ocurrido es maravilloso vuelves a sentir la misma alegría que en aquel momento.

La primera vez que fui al pico  Duarte andábamos con un chico que creo que era familia de italianos, se llamaba Dennis. Ya teníamos varios días comiendo sopas y comida de lata, cuando finalmente llegamos a un lugar donde instalaríamos  el campamento por un par de días. Dennis se enteró que otro grupo estaba preparando espaguetis, el grupo de nosotros estaba calentando sopa de nuevo y el dijo que estaba harto de sopa y se fue a negociar que le dieran un plato de espaguetis, pero en Republica Dominicana en esa época muchas personas cocinaban los espaguetis apastados, los dejaban hervir hasta que se formaba casi un mazacote. Así que Dennis, me imagino que acostumbrado a comer espaguetis bien preparados, fue con su plato a buscar “el jugoso manjar” y volvió con una gran cara de decepción. Cuando le preguntamos que había pasado su respuesta fue: “eso parece un vomito de un gigante”. Hoy estaba haciendo unos espaguetis y no se porque me acordé del “vomito de gigantes” de Dennis y me reír a carcajadas.

El problema viene cuando alguna situación te hace recordar aquello que habías decidido olvidar, porque cuando ocurrió fue triste y te hizo daño. Entonces al volver a pasar ese recuerdo por el corazón vuelve a dolerte como aquel día. En esos momentos quiero invocar a los espíritus buenos, los que me protegen y me cuidan y pedirles que se lleven esos recuerdos y que no los dejen que vuelvan a pasar por el corazón. Te preguntas una vez más porque en ocasiones te ocurren cosas que crees que no mereces, porque algunas personas se empeñan en hacerte daño cuando tratas de pasar por la vida intentando no hacer daño a los demás.

“Espíritus del bien acompañadme, protegedme y alejad de mi esos recuerdos, no permitan que vuelvan a pasar por el corazón”