Esta mañana estaba en mi oficina, escuche un escándalo y salí a preguntar qué pasó, me dijeron que había habido un accidente con un chico, se quedó atrapado entre dos vehículos, pensé que lo habían llevado a emergencia y solo había sido un accidente y volví a mi oficina, seguí trabajando. Al mediodía cuando me iba a casa a almorzar pregunté si habían sabido algo del chico, y entonces el guardián me contó que el chico había muerto al instante, quedó atrapado entre dos camiones y el que estaba dando reversal al parecer se le pego el acelerador y no pudo reaccionar a tiempo. Cuando subí al carro me encontré llorando por el chico al que no conocí, su muerte me dejó conmocionada.
Pensé en ese muchacho e imaginé un poco su vida, su corto día. Se levantó esta mañana bien, y se fue a su trabajo, probablemente ganaba una miseria, era extranjero, de Haití y cargaba Blocks y arena a los camiones que llegaban a la ferretería, pero era el único trabajo que había conseguido. Quizás tenía una familia, esposa o hijos, quizás mandaba dinero a su familia en Haití. Pensé entonces que… ya nunca podrá ayudar al sustento de su familia. Ahora al final de la tarde, mientras recordaba con tristeza el incidente, me vino a la mente un poema de Oraizola que había leído esta mañana
“Estamos de paso en la historia
En las vidas que se cruzan,
Y en los lugares que habitamos.
No los poseemos.
No los dominamos
No los retenemos
Solo podemos agradecer el tiempo que se nos da…
Nuestra huella, si acaso, ha de dejar sembradas
Semillas de fe y justicia”
Estamos de paso en esta vida, no poseemos nada, pero vivimos cada día creyéndonos dueños del mundo y pensando que nunca vamos a morir. Así transcurrimos por esta tierra, haciendo el mal, siendo corruptos, matando sin razones, haciendo guerras sin sentido, odiando a los inmigrantes, a los diferentes, cometiendo feminicidios, creyendo que el poder es lo más grande que tendremos y olvidando que somos polvo y a la tierra volveremos.
Ni siquiera somos capaces de andar por la vida trascendiendo, dejando al menos una huella de fe y justicia o de amor y misericordia.
Hay días como hoy en que uno quisiera bajarse del mundo… a veces me pasa eso.