60 años de Amor Incondicional


La historia comenzó hace más de 60 años él la conoció en casa de uno de sus mejores amigos de la normal y la universidad, pero no fue hasta después que se dio cuenta de que le gustaba, hace unos meses estábamos en casa de Mariela recordando viejos tiempos,  le pregunté a tío Micho si papi le había dicho que estaba enamorado de mami y me dijo: “no me dijo nada, me di cuenta porque un día salí al balcón y los encontré besándose y yo lo que hice fue que di la vuelta y me hice el loco” no se si eran cuentos de tío, pero en ese momento pensé que uno de los recuerdos más hermosos de mi niñez era cuando yo estaba lavando el baño y mami subía a la habitación con el café, se daban un beso, entonces papá le decía a mami: “ Buenos días mi amor” 

Se casaron un 18 de abril del año 1962, en medio de un país convulsionado, el año anterior habían asesinado a Trujillo; en Enero 1962 – el presidente Balaguer procedía a juramentar a los nuevos miembros del Consejo de Estado, que compartirían con él las tareas del gobierno y Juan Bosch fue electo presidente en las elecciones del 20 de diciembre 1962, para luego terminar en un golpe de estado y una guerra civil un par de años más tarde. Se mudaron a la calle las Mercedes en un pequeño apartamento de una habitación donde pasaron, la guerra civil y el nacimiento de los tres primeros hijos: Eduardo, Carolina y Auristela. A principios del año 1967  me imagino a mamá con un gran barrigón de 8 meses en medio de una mudanza al barrio  La Agustina, Memo nació en la nueva casa. Nuestra casa, en la que han estado la mayor parte de sus vidas y donde hemos vivido el resto de los momentos de esta historia hasta llegar al día de hoy, 60 años después, con una familia ampliada de 20 entre hijos, nietos, yernos. 

Mamá siempre fue una mujer de un carácter fuerte, se dedicó a cuidarnos y atendernos durante toda su vida,, ella era la que peleaba, daba chancletazos, ponía los castigos, así al menos lo recuerdo, pero también nos cuidaba cuando estábamos enfermos, nos celebraba todos los cumpleaños, nos hacía la ropa, hacía y hace aun los platos más ricos del mundo: dulces, salados, nos enseñó responsabilidad, disciplina, a ser organizados, y se preocupaba y aún se preocupa de todo lo que nos ocurre, ahora después de vieja se ha dedicado a complacernos en todo lo que se nos antoja, desde rasaña (un pastelon de arroz que mi sobrina le llama rasaña) hasta habichuelas con dulces fuera de temporada.

Papá, era tranquilo, nunca peleaba, era conciliador, y resolvía todos los problemas con la mama. Me acuerdo que cuando ocurría algo y no me atrevía a decirle a mami, iba donde papi para que intercediera por mi. Papa, nos ayudaba con las tareas, era nuestro genio, la enciclopedia viviente, todo lo que le preguntamos él siempre sabía la respuesta. Nos enseñó el país completo en las famosas vacaciones de tres días. Nos llevaba a todas las fiestas y nos iba a recoger en piyama no importaba la hora, y sigue ahí pendiente de nuestras cosas, y dispuesto a ayudar en lo que sea para vernos felices.

Los papás han sido unos abuelos maravillosos, consentidores, que adoran a sus nietos y que han estado presente en sus vidas, en cada celebración, en cada cumpleaños, en cada acto del colegio, graduación, cada actividad, mis hijos y sobrinos estarán de acuerdo conmigo que no hubieran deseado otros abuelos más que los que tienen. 

La verdad podría llenar páginas de  sus historias, pero creo que eso ya todos lo sabemos y no es necesario redundar. Entonces de qué quiero hablar en el día de hoy… del amor verdadero que creo que ha sido la clave de esos 60 años de convivencia.

Hace unos años vi una película que se llamaba «Away from her» Se trataba de una pareja de unos 70 y tantos años, la mujer tenía principio de Alzheimer y fue internada en un centro, por decisión propia pasa un mes sin recibir visitas y cuando finalmente el esposo va a verla, ella se había olvidado de él y se había enamorado de otro señor del centro. Transcurre un año en el que su esposa no le reconoce y él finalmente se resigna y prefiere que su esposa se quede con el otro señor y sea feliz, a verla triste el resto de sus días. Recuerdo que al ver la película pensé en el amor sin condiciones, ese amor en el cual estamos dispuestos a dejar nuestra felicidad de lado, para permitir que el otro sea feliz, entonces hablamos de un amor verdadero.

Cuando somos jóvenes compartir con el compañero o compañera que tenemos  al lado es fácil. Pero a medida que envejecemos, la vida al lado de la pareja comienza a ser difícil, comienzan los achaques, las «cosas de viejos», las mañas y situaciones con las que no es fácil convivir. ¿Estamos dispuestos a amar, no importa que la piel esté arrugada, el cabello esté lleno de canas y el sexo no sea tan fogoso como en la juventud?. 

A esa pregunta fue a la que los papas decidieron decir si y es lo que los ha llevado a estar durante 60 años soportando en las buenas y en las malas, porque han sido un ejemplo para nosotros de una verdadera relación fundamentada en el amor. Mis hermanos me han encargado hablar, describir el amor que he visto en los papas a lo largo de los años y creo que la mejor descripción es la carta a los corintios:

Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás… Existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande de todas es el amor.

Siempre soñé con vivir al lado de un hombre para toda la vida, quería ser como mis papas y quería creer que el amor es eterno y no muere. Pasado el tiempo y mirándolos a ellos puedo decir lo que he aprendido del amor de mis padres: que el amor cambia con el tiempo y que no es posible amar de la misma forma por siempre. Que hay que aprender a caminar en la misma dirección que lo hace nuestro compañero,  acompañarlo y estar a su lado, no importa lo que ocurra. Debemos aprender a vivir con las cosas que no nos gustan de nuestro compañero, porque vivir con las cosas que nos gustan es muy fácil. Si estamos dispuestos a renovar el amor de tiempo en tiempo, el amor no muere, pero no podemos dejar que la llama se apague. Creo que esa es la clave de estos 60 años de los papas, han aprendido a amarse cada día como si fuera el primero y el último de sus días. Han cambiado y se han renovado juntos. 

Mis últimas palabras son para los papás, quiero darle gracias por su ejemplo de vida, que ese amor sin condiciones siga siendo para el resto de nuestras vidas un modelo para nosotros sus hijos y para sus nietos que pronto van a comenzar sus vidas con alguna pareja. Y finalmente agradecer a Dios por la larga vida de mis padres, por haberlos elegido para nosotros, sin lugar a duda son los papás más maravillosos del mundo, 60 años, un ejemplo de Amor Incondicional. LOS QUIERO PAPA Y MAMA POR SIEMPRE !!!

2 comentarios en “60 años de Amor Incondicional

  1. Te leo, con lagrimas en los ojos y el alma.

    Los quiero tanto y siempre he admirado ese amor incondicional, leal por demás, inmensamente respetuoso, amable, cariñoso, entre dos seres tan distintos y tan perfectamente complementados entre sí.

    He estado cerca de ese amor desde nuestros días de inicio en la facultad, donde dije sí al amor, con ilusión, con el encanto alucinante de la candida chiquilla que vivía su amor novelesco, confíando en que también nosotros tendríamos un amor así, sin restas, ni divisiones, como veía en cada oportunidad a tus padres en tu casa, que de algún modo, hice mía, junto a ti y ellos.

    Aún creo en el amor verdadero, gracias a Díos y nuestra voluntad, tenemos nuestro amor añejo, diferente, imperfecto, pero auténticamente comprometido, inspirado en amores como el de tus padres y los míos, cada uno sembró en tierra fertil.

    Igualmente pienso que el amor hay que cuidarlo y priorizarlo, hay que desear amarse y querer que quien comparte nuestro corazón sea felíz; cuando esa es la prioridad, estar juntos será lo más importante y es el mejor regalo que nos podemos hacer como seres humanos, como pareja y como padres a nuestros hijos.

    Feliz aniversario 60 mis queridos Doña Aspacia y Don Danilo.

    Te quiero Cary.

    Yosi

  2. Que suerte que hemos tenido, ser hijos de matrimonio que han podido ganarle al tiempo.
    Te leo y muchas cosas que mencionaste también las he visto y vivido.
    El amor condicional es un amor de cada dia, es saber llevar la carga siempre dividida entre dos. Es buscar la felicidad en los pequeños detalles.
    Felicito a tus padres y hago extensible la felicidad a los míos. Y por qué no a los hijos y nietos porque que suerte que hemos tenido de tener un hogar así!
    Abrazos amiga del alma.

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