Cuando mi hijo mayor que ahora tiene 26 años tenía 4 años comencé un proceso de bajar de peso. Para ese entonces vivía por la zona universitaria y comencé a caminar en el Malecón. Con los años caminar cada mañana se convirtió en un momento de encontrarme conmigo misma. Los primeros 15 minutos hago oración y luego escucho música o hago meditación y esa hora que camino me sirve para reflexionar sobre mi vida, además de hacer ejercicios, hace 20 años que camino casi todos los dias de forma regular.
Mi caminata es temprano en la mañana y muchas personas, amigos, familia y conocidos siempre me preguntaban si no me daba miedo bajar, que si no era peligroso como estaba la situación, y yo siempre optimista decía que no. Lo que me van a robar son los tenis porque nunca bajo con nada, solo un ipod pequeño obsoleto que a nadie le interesa.
Bajaba a caminar y daba la vuelta en el Parque Juan Barón, pero en diciembre una señora se me acercó y me dijo que porque mejor no cambiaba la ruta que el parque a veces estaba oscuro, y me dijo que porque iba con esa bolsita en la cintura, le dije que solo llevaba agua, la llave y mi ipod, pero ella me dijo que tuviera cuidado.
Aunque anduve unos dias aprensiva y cambie la ruta, tal y como me recomendó la señora, no deje de bajar con la bolsita en la cintura.
Hace dos semanas salí de casa y cuando iba a cruzar la Bolívar frente al destacamento vi tres motores con 6 tipos que se acercaban y de inmediato me di cuenta que me iban a asaltar, el primer impulso fue gritar: «Policía», según yo estaba frente al destacamento y me iban a escuchar, pero cuando vi que uno de los tipos se me vino encima, lo segundo que hice fue resistirme, fue una reacción instintiva, porque unos segundos después, cuando me di cuenta la estupidez que estaba haciendo, levante las manos y le dije: «esperate, esperate, ¿que es lo que quieres? llévate todo lo que quieras» y entonces el me jalo el bolso de la cintura y se subió en el motor y se fue.
Después del susto enorme que pase, porque de verdad yo había jurado que venían a matarme, comencé a revivir lo que pasó mientras regresaba a mi casa… había salido de casa escuchando la oración de «Rezando voy» y después de la palabra comenzaron a cantar una canción que decía: «Cuánto vale la vida», era lo que estaba escuchando justo cuando los asaltantes llegaron y estoy convencida de que esas palabras en mi subconsciente fueron las que me impulsaron a reaccionar y dejar que se llevaran lo que llevaba, que no era nada: Agua, una llave y un ipod obsoleto, pero eso evidentemente ellos no lo sabían.
Se que muchos pensaran que soy una imprudente y que no debo caminar a esa hora y hasta encontraré quien me diga que merezco lo que pasó, pero uno siempre piensa que esas cosas le pasan a otros no a uno. Aun recuerdo el momento y siento miedo, pero al menos estoy bien… estoy viva. La vida a veces nos descoloca, nos envía mensajes para que sepamos que estamos haciendo cosas indebidas
… Cuanto vale la vida y cuanto nos aferramos a las cosas materiales que tenemos, sin reconocer que son otras cosas las que son importantes. En estos días he sentido la necesidad de decir «Te quiero», porque al final uno nunca sabe hasta cuánto es nuestro tiempo en esta tierra.
¿Porque escribí esto? Creo que es importante decirlo porque el gobierno dice que lo de la delincuencia es una percepción, y como dijo un amigo: «Entonces me asalto la percepción», tal vez para advertir a los que son ingenuos o tan confiados como yo, que no les pase y tengan cuidado, pero sobre todo lo escribo porque Creo en Dios, no creo que Dios nos envié el bien o el mal en la tierra, pero creo que si sabemos escuchar nuestro interior encontraremos la respuesta, o la advertencia a ciertas cosa en nuestra vida.
Les comparto la canción que venia escuchando y tal vez asi comprendan a que me refiero: https://youtu.be/2eZAuJyp9ns
Me alegra saber que solo fue un susto; todos estamos expuestos a los riesgos, pero la vida cada día pierde calidad, amor y tranquilidad. Un abrazo