Hace unas semanas que empecé a leer un libro llamado el Mozarabe, se sitúa en los años 900 cuando los moros ocupaban España, a la cual llamaban Al Andalus. El libro me resultó pesado y lento, no es malo, pero no fue una lectura fluida, este fin de semana me dispuse finalmente a terminarlo.
En los últimos capítulos del libro encontré algunos párrafos interesantes, que me parecieron más reflexiones del autor y que tal vez me llamaron la atención a la luz de este momento que estamos viviendo.
«Quería decirte que sentí con más fuerza que nunca que todo lo que nos sucede en este mundo bueno o malo, tiene un sentido; y que a veces Dios ilumina nuestra mente para que podamos verlo. Pero eso siempre sucede en un momento especial, después de que hayan tenido lugar sucesos, cosas que entonces no se comprendía…» eso se llama recapitulación
Yo también creo firmemente que todo lo que nos sucede en este mundo, bueno o malo tiene que tener un sentido. Y en estos días que me encuentro leyendo un libro sobre el discernimiento, y en el que Benjamin insiste en que debemos tratar de discernir en nuestra vida cotidiana, pienso que tal vez no es necesario esperar que ocurran momentos especiales, aunque reconozco que muchas veces debe pasar un tiempo para que podamos comprender el para qué de las cosas.
Este fin de semana me he sentido particularmente triste, yo digo que con deseos de que me devuelvan mi vida. Pero solo lo pienso… para volver a recapitular que eso es imposible, porque sé, que la vida nunca podrá ser igual.
El libro se desenvuelve en los albores del año 1000, en el que rondaba la idea de que estaba llegando el fin del mundo. Ahora muchos también creen que este es el final de los tiempo con esto tan extraño que nos ha ocurrido. Asbag, le responde a uno de los personajes:
—Entonces — dijo Gerberto aflojando su actitud — ¿Crees que llegado el fin del milenio, todo seguirá igual?
— !Oh, no! nada será igual; nada de lo venidero será igual a lo de ahora o a lo de antes, pero el mundo no tiene porque terminar. Nadie debe de pensar eso… La vida de cada uno ya es un mundo completo; es el caminar hacia una visión fascinante, arrebatadora, conmovedora, que todos hemos de vivir. Tras un gran dolor, o una larga enfermedad, tras un gran temor o un peligro superado, cuando un amor o una amistad termina, cuando perdemos a un ser querido, ¿Quién no ha sentido al menos una vez en la vida, esa sensación de que todo se hundía y se acababa? ¿Quién no se ha visto sucumbir alguna vez? Pero después, también, el escalofrío de la aurora, esa sensación de amanecer, de que algo nuevo empieza y el mundo, a fin de cuentas sigue… y ese momento es como nacer otra vez»
— Todo retornará a su lugar. No te angusties… Hay crisis en la vida en que bajan a las tinieblas, el horizonte se oscurece, se angustia el alma, no se entiende el dolor. Es como si todo se cerrará en un nudo apretado, sellado. Pero basta saber, en fe y esperanza, que el sello se abrirá y el nudo se soltará… Entonces vendrá la luz y veremos con claridad y comprenderemos lo que ahora nos resulta confuso.
— Y mientras ¿qué hacer?
— Encontrar fuerzas para seguir y para hacer frente al dolor.
Es simpático, porque esto es una novela, y no un libro de filosofía, pero en ella encontré tal vez las palabras justa que necesitaba para darme ánimo y ver cómo uno sigue adelante en medio de toda esta crisis. Al final es lo único que podemos hacer.
En estos días he sentido eso, como que de repente todos hemos bajado a la oscuridad, todo es angustiante e incierto, «como un nudo apretado que no sabemos cómo desatar» y dice Asbag, basta saber con Fe y Esperanza que esto pasará… y mientras solo nos queda encontrar fuerzas para seguir adelante.
«Todo en la vida es pasajero… la vida solo es un camino por el que pasamos y que se va quedando atrás» ya estoy lista para que esta parte del camino quede atrás.
“Todo en la vida es pasajero… la vida solo es un camino por el que pasamos y que se va quedando atrás”, . . . Una gran reflexion, especialmente para quienes nos acercamos al inevitable ocaso.