Mi hermana vive en Orlando y aveces voy con ella a los parques de diversiones. No me gustan, pero voy para acompañar a mis sobrinos y me he montado varias veces en el Ray del Hombre Araña. Cuando descubrí que simplemente tenía que cerrar los ojos y ya no sentía miedo fue maravilloso. No me gusta sentir miedo, ni siquiera cuando es de mentira, pero ahora no puedo cerrar los ojos. Todo lo que está ocurriendo es verdad, esta pasando ahora y no es una película que me da miedo y puedo apagar.
Hace un tiempo que he pensado lo frágil que es la vida. A principios de año me piden que haga la planificación de las auditorías que voy a hacer durante el año y llenó mi calendario, pero mientras lo hago pienso en lo estúpido que es ese trabajo, ni siquiera sé lo que va a ocurrir mañana, para que llenar mi calendario hasta agosto de actividades que ni siquiera sé si podré cumplir.
Y este año la vida, el mundo me ha dado la razón. Ahora nos toca vivir el día a día y ver cómo se presenta, cómo viene. Hoy me reuní con mis empleados y les dije: «no me pregunten que vamos a hacer porque en verdad, no lo sé»
El tiempo en la pantalla de la semana pasada subió no sé cuántas horas, y pienso que son horas que he malgastado frente al celular, ¿buscando qué? tal vez con la esperanza de alguna buena noticia, solo para descubrir que todas son malas, que no hay ni una buena, a parte de las bromas que nos mandan para reírnos un poco y no echarnos a llorar de depresión.
Quisiera estar optimista pero no puedo. Hoy le pido a Dios que me dé fortaleza y sabiduria para salir adelante en estos tiempo inciertos que nos han tocado vivir.