Hoy me reuní con mis amigos, hace días que no nos juntábamos, es agradable tener amigos y saber que uno puede contar con ellos.
Entre todas las cosas conversamos, llego el tema de las personas que van al quirófano a cambiarse el cuerpo… cirugía de cara, senos, nalgas, etc. Yo bromeaba y decía: Seguiré caminando todos los días y haciendo Pilates y dieta, pero a mi no me encontrara nadie en una quirófano para eso.
Al llegar a casa y pensar en la conversación recordé entonces algo que leí estos días en el libro de Benjamin (tiempo de Crear) acerca del cuerpo: “el cuerpo no es malo. Jesús habló de el como el << templo del espíritu>>. Debemos cuidarlo como un don precioso que hemos recibido de Dios para encontrarnos, expresarnos, vivir en relación y estar al servicio de los demás” cuando pensamos que nuestro cuerpo tiene una función mas importante que lucir bonito entonces dejamos de preocuparnos por esas cosas que no son fundamentales.
“El cuerpo es veraz y no miente, nos revela a nosotros mismos y a los demás. Si lo sabemos leer, sentimos como resuena en él nuestro universo interior y descubrimos nuestra historia personal escrita en su memoria, con sus dolores y sus gozos” finalmente cada arruga, cada cana es parte de nuestra historia y de nuestra vida, así que pienso que cuando queremos borrarla o cambiar el cuerpo estamos tratando de borrar nuestra historia, las penas, pero también todas la alegrías que hemos vivido a lo largo de esos años.
“ Negar el cuerpo es negar caminos al propio conocimiento y sanación. Es morada de Dios y no se conforma con maquillajes que lo decoren por fuera, sino que busca la transfiguración desde dentro por el amor y el verdadero sentido de la vida, pues tiene vocación de resurrección y de vida eterna”.
Negar que envejecemos, es negar la experiencia, que hemos alcanzado. Finalmente a Dios no le importa nuestra imagen exterior, el solo quiere nuestra transformación interior y que en esa transformación encontremos el verdadero sentido de nuestra vida.
Se que muchos pueden criticar a los que como yo, no le importa la belleza exterior, me gusta ser como soy, me gusta ser espontánea y original, porque al final se que a Dios no le importan mis canas, ni mis arrugas, en mi interior soy joven, me renuevo cada día, y poco a poco he ido alcanzando mi transformación interior y el verdadero sentido de mi vida.
Leo y releo sobre el cuerpo y cada vez me gusta más tu forma de abordar la belleza interior que debemos trabajar cada dia y nuestra personalida se va sanando las arrugas hablan son el mapa de nuestra vida Eddy