Se termina mi libro de Nouwen, es curioso en estos últimos tiempos cuando voy terminando el libro de reflexión de turno, me entra una pequeña nostalgia, sentir que tendré que dejar las páginas que durante algunos meses me han acompañado.

Cuando comencé esta idea de usar libros de espiritualidad para mi oración diaria, pensaba que iba a ser aburrido pasar tanto tiempo leyendo algún libro, en realidad, he saboreado cada letra, cada palabra, cada frase, cada pensamiento.

He encontrado entonces una reflexión que me ha llevado por muchos caminos, tal vez no pueda concretizarlos todos en un solo post.

“ En la mente del aprendiz no existe la idea “he conseguido algo”. Todo pensamiento egocentrico limita la amplitud de nuestra mente. Cuando dejamos de lado los pensamientos referentes al éxito y a nuestro propio yo, somos verdaderamente aprendices. Entonces podemos aprender algo de verdad. La mente del aprendiz es una mente compasiva. Cuando nuestra mente es compasiva no tiene fronteras”

Pensaba que mucha veces cuando lograba cosas y me sentía triunfante, en la cumbre, con una frase en la mente de “lo he logrado”, también me ocurría como el aprendiz, en cierta forma mi pensamiento se volvía egoísta y me limitaba, porque uno tiene en el fondo la sensación de haber llegado a la cima, al tope. Pensar que cada cosa, cada logro es simplemente una etapa de la vida alcanzada, y comprender que en ese justo momento debemos volver a empezar algo mas, nos hará comprender que siempre seremos aprendices.

Creo que cuando nos sentimos victoriosos perdemos la constancia, la disciplina porque creemos que todo depende solamente de nosotros, y perdemos la perspectiva de que lo logrado solo depende de Dios.

Quiero mantener mi mente de aprendiz, dejar de lado los pensamientos de éxito y comprender que todo en la vida es relativo, sobre todo nuestros grandes logros y la felicidad que vivimos en un momento dado, el éxito es verdaderamente pasajero.