20 de Mayo del 2007
El viernes en la mañana estaba en Bani, República Dominicana, en una comunidad llamada Villa Fundación. Fui porque una alemana está dirigiendo un proyecto de una cooperativa de mujeres que tienen un deshidratador solar de frutas y están teniendo problemas con la calidad de las frutas. La señora me llamó un poco desesperada porque no encontraba quien le ayudara, le prometí ir con ella y ayudarle.
Llegue alrededor de las 10:00 de la mañana y allí estaban 5 mujeres que me contaron todos sus problemas, la fruta se daña, le crece hongos, se pone negra, etc, después de conversar con ellas y escucharlas, hicimos un programa de trabajo para hacer un estudio y poder ayudarle a resolver sus problemas.
Estuve en Villa Fundación hasta las 2:30 de la tarde y en el camino me entere de muchas cosas, como por ejemplo que es una de las zonas mas secas del país y hace 5 meses que no llueve, para tener agua deben usar unos canales de riego que bombean el agua con bombas que usan energía eléctrica, pero como nunca hay luz, el asunto se complica, la luz llega sólo a las 10:00 de la noche y a esa hora los campesinos tiene que salir a los campos a regar las plantaciones; ahora tiene un problema adicional y es que hay una banda de chicos que se ha dedicado a ratrerias a estas horas y los campesinos tienen miedo de salir a regar sus plantaciones. También me entere que las mujeres tienen fondos para unos huertos familiares, pueden plantar vegetales en el patio de su casa, ya los huertos están listos pero no pueden arrancar a plantar porque no hay agua para regar los huertos.
Inicialmente pensábamos comenzar la reunión a las 11:00 pero las mujeres nos pidieron que llegáramos mas temprano, porque luego tenían que regresar a sus casas a cocinarle a sus hijos y esposos. La presidenta de la cooperativa le contó a Andrea, la alemana, sobre una familia que tenía una hija de 15 años con falcemia, pero el tratamiento era muy caro y no podían pagarlo, probablemente se terminará muriendo la chica…
En la noche en casa pensaba cuantos problemas puede tener una familia pobre dominicana, y pensaba que debía darle gracias a Dios porque al menos yo tenía recursos para vivir dignamente. Probablemente nosotros tenemos muchos problemas en nuestra vida, que no se parecen en nada a estos que tienen la comunidad de Villa Fundación, y no es que no debemos preocuparnos por nuestros problemas, sino que debemos agradecer a Dios que al menos nuestras necesidades básicas están resueltas y que no tenemos que preocuparnos cada día de comida, salud, techo, electricidad, agua, colegio para nuestros hijos. Hubo un tiempo en que pensábamos en los problemas sociales y nos preguntábamos de que forma nosotros podíamos contribuir a ayudar a resolverlos, pero esos tiempos han pasado y al mirar a nuestro alrededor nos encontramos solo con un montón de personas preocupadas por sus problemas personales, que probablemente son muchos y son importantes para cada quien, pero que en ningún sentido se comparan a no tener resueltas nuestras necesidades básicas.
Tal vez desde el momento histórico en el que nos encontramos no podemos dedicar tiempo a ayudar a resolver los problemas sociales de nuestra sociedad, de mi parte a partir de hoy me conformare, mientras pueda dedicar tiempo a hacer algo mas, con no quejarme de mis problemas, tratar de resolverlos y aceptarlos con resignación como algo común de nuestra vida cotidiana y recordar cada día que hay miles de Dominicanos y dominicanas que no tienen salud, educación, comida, agua, electricidad cada día.
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Escribí esto hace mas de un año, y después de escribirlo comencé a trabajar con las mujeres de Villa Fundación. Las ayude a resolver los problemas que tenían con las frutas y desarrollamos un pequeño proyecto para implementar Buenas Prácticas de Manufactura, hoy las frutas pasaron de durar 2-3 semanas a durar 6 meses, y me siento contentas por ellas. Estoy convencida que, desde el trabajo que hago puedo hacer mi aporte social. Ahora voy a ver si comenzamos a trabajar con otra cooperativa de mujeres que trabajan con cacao y hacen chocolate. Al final ademas de aprender que no debo quejarme de los problemas que tengo, que resultan insignificantes comparado con la de todas estas mujeres, comprendí que puedo ayudarles y eso me llena de satisfacción.