Mi amigo diría que esos son inventos mío, pero yo estoy convencida que cuando uno necesita escuchar algo, siempre se dan las condiciones para que encuentres la verdad en cualquier lugar.
«Solo el espíritu me puede ayudar a descubrir de nuevo el camino de lo profundo…El espíritu esa fuerza que te mueve interiormente» dice Pagola.
Cuando uno está aprendiendo a manejar, normalmente el que te esta enseñando se sienta en el guía y te va explicando como debes hacerlo. Cuando te lo explica, te parece sencillo, y ya estas ansioso porque te deje hacerlo a ti. Pero una vez estás sentado con el guía en tus manos y en medio de una calle transitada, viendo que los carros aparecen por todos los lados, comienzas a sentir que en realidad no es tan fácil; crees que todo el que te pasa por el lado te va a atropellar. Te ves tentado a decirle al instructor que le quieres devolver el vehículo, pero ya no hay marcha atrás. Entonces debes conformarte con escuchar sus instrucciones, no te atreves ni siquiera a mirarlo, pero escuchas atento su voz que va indicando lo que debes hacer. No puedes voltear a mirarlo porque puedes desenfocarte, pero sabes que esa voz es lo único que te guía, es el único apoyo, el que te va dando las instrucciones para poder aprender a hacerlo bien.
Así es el espíritu. Te va guiando hasta que sabe que puedes hacerlo solo, sin embargo siempre está ahí dentro de ti y en cualquier situación en la cual no sepas como proceder EL estará pendiente, dirá presente y volverá a hablarte, a guiarte, siempre y cuando recurras a EL, le preguntes y estés dispuesto a escucharlo y a dejarte llevar. Solo el espíritu puede ayudarnos a encontrar el sentido y la dirección de la vida, los porqués y para qué, solo el puede ayudarnos a responderlos.
Y como comencé hablando de coincidencias. Hoy descubrí un escrito de Leonardo Boff, un cuento. Al leerlo pensé en mi reflexión de esta mañana, y en como queremos buscar más respuestas en nuestra vida de las que realmente hay. Aquí se los dejo, esta en Portugués pero se entiende: El monje el gato y la luna