«En la cima de una empresa, de una entidad, de una organización, solo puede haber una persona que luche por los objetivos de esa organización. Hace falta alguien que son su esfuerzo personal la lleve adelante. De lo contrario, se hará sentir en el grupo la fuerza de la gravitación que tirará de todos hacia abajo. En esta lucha se necesita fuerza y claridad, pero también paciencia y confianza. En el empeño por alcanzar mis objetivos siempre experimentaré decepciones, por múltiples motivos: porque los trabajadores o miembros de la entidad, por ejemplo, no colaboran como yo esperaba, o se oponen a mis estrategias y objetivos, o tratan de hacerme caer a base de intrigas… Quien lucha, siempre resulta herido. Y quien pretende protegerse de todas las heridas no puede luchar» Grum (Encuentra tu equilibro interior)
Que difícil es dirigir una empresa y trabajar con personas. Esta mañana encontré esta reflexión en mi lectura de Grum… no sabia que tendría que volver a pensar en ella al final de la tarde.
Cuando una empieza su carrera como profesional se encuentra con empleadores, que con ciertas actitudes uno piensa que son injustos, fríos, en una expresión muy dominicana “Hijos de Puta”… Siempre pensé que cuando tuviera mi empresa seria diferente, y así la emprendí hace 10 años, tratando de que fuera una empresa horizontal donde las personas participaran en las decisiones, donde la oficina del jefe siempre estaba abierta para todo el que quería entrar.
Tengo 10 personas en mi empresa y confieso que nunca pensé que era tan difícil bregar con los empleados, creo que he tratado de hacer las cosas diferentes, pero por mas que trato, nunca están conformes…!!!!
Finalmente hoy tiro la toalla, me declaro y me uno al grupo de “Hijos de Puta” que dirigen las empresas y pasare a formar parte del grupo de empresarios que le importa lo que le pase a los empleados, porque hoy he sentido que no importa lo bien o lo diferente que trate de hacerlo, nunca lo haré bien a los ojos de ellos.
Como dice grum, en una empresa hay una cabeza, que es el norte, que define los objetivos, que la lleva adelante, en el camino tiene que actuar con fuerza, claridad, paciencia, seguiré sufriendo decepciones, porque son inevitables, en el camino una que otra vez quedare herida, pero no puedo proveer y prevenir todo lo que puede pasar, debo seguir equivocandome y levantandome, las heridas que quedan son los aprendizajes, y yo he aprendido a tratar de no tropezar dos veces con la misma piedra.
“Quien lucha, siempre resulta herido. Y quien pretende protegerse de todas las heridas no puede luchar»
Acabo de conocerte de un par de comentarios que hiciste en el blog de Victoria. La curiosidad hizo que entrara en tu sitio y me parara en esta interesante reflexión que haces.
Verás, yo tenía a mi cargo a más de cincuenta personas. Durante mucho tiempo me esforcé y luché para sacar adelante mi trabajo. Sinceramente, no me resultó nada complicado, me encantaba. Soy una apasionada de las cosas bien hechas y del entusiasmo de que salgan lo mejor posible.
El caso es, que como habrás comprobado hablo en pasado. Al final, como tú dices, las intrigas y las tonterías de quienes se fijan en ti más de lo debido, hicieron que me despidieran. No tenían motivos para hacerlo con lo qué tuvieron que despedirme de manera improcedente. No hubo problemas. Me dieron una buena indemnización y yo me marché sin más reproches. Hubo toda una revolución, de personas- el sitio dónde trabajaba sostenía a una gran cantidad de empleados- que se pusieron en contra de mi despido, pero el que paga manda, y muchos de ellos fueron a la calle después de mi despido. Triste.
Al final mi conclusión es la siguiente. Como no puedo cambiar, seguiré siendo la misma persona que se entusiasme con lo que haga. Sé que mi ilusión no me proporcionará el premio del trabajo, ni la estabilidad, ni la palmadita en la espalda.Ni siquiera la permanencia. Peo no importa. En cuanto vuelva a trabajar- sigo en paro desgraciadamente para mi- la ilusión me llevará a dejarme la piel en la empresa.
Recibe mis saludos y mis felicitaciones por tu magnifico blog.
Caramba, Piper
Si es que así son muchas empresas en España: en lugar de cuidar el talento, la envidia y la mezquindad de muchos empresarios y jerifaltes hace que las personas tremendamente dotadas y buenas trabajadoras acaben sufriendo este tipo de injusticias. A mí me pasó lo mismo, ¡Fíjate que casi agotaron mi sonrisa! Gracias a Dios salí a tiempo y, tras un mes dedicada a mí, a restaurar mis energías creativas, encontré otro trabajo en el que estuve mucho más cómoda.
Ahora mismo la verdad es que no me quejo, pero ¿sabes qué? Yo aprendí a dar de mí misma exactamente lo que debo: mi esfuerzo laboral pero no mi alma. Esa es sólo mía. Atrás quedan los disgustos, los excesos de responsabilidad y los agobios, los llantos nocturnos y las ojeras diurnas. Puedo decir que, gracias a esa mala experiencia, maduré y crecí como persona. El fracaso no es otro que no sacar de la experiencia ni si quiera una lección de vida… ¡Y nosotras no somos de esas, Piper!
Gracias a Dios que nos queda la creatividad, ¿verdad?
Un besote para ambas, Carol y Piper, por ser las dos personas excepcionales que sé que sois
Victoria