Las 8:00 de la noche y íbamos a donde la tía que cumplía año, Mami me había llamado para decirme, pero estaba en medio de una auditoria y no pude salir temprano para comprarle un cariñito, así que Guillermo Emilio y yo decidimos ir al Nacional a comprarle unas flores. Allí estábamos en los afanes … Continúa leyendo Algunas vidas son deprimentemente aburridas