Hoy quiero compartir dos experiencias personales que llenaron de alegría mi día.
Leyendo esta mañana en el encanto de la vida simple. Contaba Sarah Ban Breatnach la siguiente historia, estaba en una convención política con su familia, y mientras su esposo asistía a los seminarios, ella y su hija jugaban en la playa. Una tarde hubo una sorpresa para los niños: un paseo en elefante por el aparcamiento del hotel. Aquella noche, cuando su esposo y ella se acostaron le dijo: “La vida esta llena de sorpresas maravillosas si estamos dispuestos a recibirlas. Algunas mañanas te despiertas sin saber lo que sucederá durante el día ¡Y te dan un paseo en Elefante!
Ella Contaba la historia reflexionando acerca de que, las lecciones mas sencillas son las que mas nos enseñan en nuestra vida. Al leer la historia pensé que en los últimos días había tenido la dicha de recibir una gran lección de mi hijo pequeño.
Llegue esa tarde especialmente triste a casa por algo que me había ocurrido, en realidad debo confesar que soy una llorona sin remedio. Cuando mi hijo pequeño me vio llorando y me preguntó que me ocurría y le conté, su respuesta fue la siguiente: “Mami, no llores, no te preocupes, siempre debes ver el lado positivo de la vida. En realidad no tienes que preocuparte de nada, tienes mucha gente que te quiere y tienes dos grandes compañeros a tu lado, a mi y a Guillermo”. En ese momento su consuelo me pareció maravilloso, sobre todo viniendo de un niño de 9 años lleno de inocencia, pero esta mañana al leer la historia de Sarah, pensé que en realidad mi hijo me había dado una gran lección de una forma hermosamente sencilla. ¿Que mas puedo pedirle a Dios, si tengo dos hijos maravilloso por los cuales vivir?
Salí de casa dispuesta a que el día fuera maravilloso, los chicos de la oficina se burlaron de mi porque estaba cantando. Y la verdad es que me sentía especialmente feliz.
El fin de semana había recogido una veintena de libros de lectura que mi hijo tenia en su cuarto, que ya habíamos leido repetidamente. Pensaba donarlos a la biblioteca de su escuela, por una solicitud que había hecho la asociación de padres del colegio, al final del año escolar, para aumentar el volumen de libros de la biblioteca.
Sin embargo esta mañana al leer el periódico, vi un anuncio, en el cual un banco solicitaba que los libros viejos del año escolar pasado lo llevaran a las sucursales para donarlos a las escuelas de Fe y Alegría. Decidí que los niños de la escuela de Fé y Alegría probablemente necesitaran mas esos los libros, que los niños del Colegio La Salle. Así que antes de volver a la oficina en la tarde pase por el banco, y baje mi caja de libros. El banco estaba repleto de personas, pero cuando iba saliendo se me acerco un señor con una camiseta de Fé y Alegría, que por casualidad estaba haciendo la fila y me agradeció con mucha alegría la donación que había hecho. Me contó que precisamente esa caja de libros era para su escuela. Lo hizo delante de todas las personas que había en el banco y yo me sentí incluso avergonzada.
Fue una coincidencia que el estuviera allí justo en ese momento, pero que alegría sentí al salir del banco, porque pensé que había sido una gran decisión llevar los libros al banco en lugar de la escuela de mi hijo. En ese momento recordé la historia de Sarah, y pensé que hoy la vida me había regalado un paseo en elefante.
Guapa!! Me has despertado las ganas de releer El encanto de la vida simple. Maravillosa compañía de cada día. Hoy vas a ser tu mi paseo en elefante!! Besos
Amén.
Los mejores días de mi vida son los que me olvido completamente lo que me falta y disfruto a plenitud de lo que me sobra.
Una frase que repite mucho el Ingeniero lo dice de otra manera: «Rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita»
Gracias por regalarme a mí también un paseo en elefante.
En cada momento de nuestra vida tenemos abundantes situaciones que nos sacuden, sólo hay que aprender a vivirlas con simpleza, permitiéndonos llorar a mares cuando nos duela, reirnos estruendosamente cuando nos diviertan y sin perder la capacidad de sorprendernos por cada imprevisto, como puede ser un buen paseo en elefante. Yo me anoto para uno……….
Cuando uno llega al ocaso, aunque el ocaso no esté demasiado cerca, nos damos cuenta de de las horas que hemos desperdiciado preocupandonos por cosas que no tienen importancia. Afortunadamente, yo hace años que dejé de preocuparme por minucias. La mayoría de nuestros problemas, si los dejamos solos, solos se resuelven.
Qué entrada tan bonita, llena de lecciones de esas de las que hablaba Sarah Ban Breatnach: su experiencia, las palabras de tu hijo, tu gesto al donar los libro, el agradecimiento de aquel muchacho…
Definitivamente debemos llevar siempre los ojos bien abiertos y los oídos totalmente limpios, pues la vida está llena de esos paseos en elefante y muchas veces estos nos pasan inadvertidos.
Bonito blog.
Un abrazo.
A veces la vida nos coloca elefantes en el camino y nos deja dar un paseo en ellos.
Suerte que tuviste de terminar el día así, haz cosas buenas y te pasarán cosas buenas 🙂
Un saludo.
Buenas, muy buen blog!
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Paula y Manuel
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Que hermosura de entrada, me ha hecho reflexionar.. exelente