Terminó el primer semestre del año y en mi caso me gusta pasar balance de lo que ha ocurrido porque pienso que aún estoy a tiempo de corregir y mejorar las cosas que me he planteado para el año y que no he cumplido.
No sé porque cuando llega este momento del año me entra una necesidad de hacer un alto en el camino y descansar.
Las responsabilidades muchas veces no nos dejan detenernos a pensar que el descanso es necesario y que es importante sacar un momento para retomar fuerzas.
En esas he estado pensando y como siempre en mis lecturas encuentro respuestas: “A menos que nos concedamos el tiempo para ocuparnos de lo común y de lo ordinario, podemos perder fácilmente de vista esta verdad vital… debemos cerciorarnos de que el trabajo no se convierta en un fin en si mismo… el trabajo puede corromper y deshumanizar” (Buscando a Dios, Esther de Waal)
Cuantas veces nos resistimos a ocupar nuestro tiempo en una conversación sin sentido, una visita a una tía vieja que hace días que no vemos, o a sentarnos simplemente en el mueble de casa a ver la lluvia caer. De mi parte soy hiperactiva y tengo muchas veces la sensación de que si no estoy “haciendo algo” estoy perdiendo el tiempo.
Hoy Esther nos invita a ocuparnos de cosas comunes y ordinarias, y estar seguros de que el trabajo lo realicemos en la justa medida: “Controlar el orgullo inconsciente y el exceso de trabajo. El trabajo ha de situarse en el conjunto de la vida. Debe ser abandonado en el momento adecuado” (Buscando a Dios, Esther de Waal)
Así que he decidido tomarme mis vacaciones y disfrutar con mis hijos. En unos días me iré a no hacer nada, me llevaré un montón de libros en mi Kindle, tomaré vacaciones de mis clases de portugués, de mis clases de la escuela de escritores y dedicaré unas semanas a descansar, sin remordimientos y con mucha alegría.
Sé que a mi regreso estaré renovada y llena de nuevos bríos para retomar mi trabajo, pero a partir de ese momento comenzaré a “situar mi trabajo en el conjunto de mi vida” y en la justa medida.
Excelente nota Caro!!!!!!!!!!! Cuánta verdad en tus palabras. El trabajo es un medio hacia un fin, y no el fin en si mismo, que es sostenernos a nosotros y los nuestros, porque si se invierten los valores, estariamos «viviendo para trabajar y no trabajando para vivir». Esto me trae a la memoria un pasaje bíblico del sabio Rey Salomón en el libro de Eclesiastés capítulo 4 verso 6: «Mejor es un puñado de descanso que un puñado doble de duro trabajo y esforzarse tras el viento».