Esta mañana me levante con la sensación de que hay algo que debía cambiar en estos días, porque siento que ando un poco alejado de aquellas cosas que me llenan el espíritu.
La semana pasada con el ajetreo del día hasta olvide el miércoles ir a misa… me levanté pensando en queria ir a misa en la noche, pasé todo el día con eso en la cabeza, salí a las 5:00 p.m. a recoger a Fer para dejarlo en casa e irme e inmediatamente puse los pies en la casa lo olvide por completo, se me ocurrió prender la compu y ponerme a revisar un trabajo que tenía pendiente en lo que daban las 7:00 p.m., y a las 8:00 p.m. cuando sonó el teléfono y mama me pregunto:¿Fuiste a misa? Fue que lo volví a recordar. Me sentí triste de haberlo olvidado. Cuaresma siempre ha representado un tiempo importante en mi vida.
Este domingo me fui a misa y me sentí menos mal cuando Javier (el sacerdote) comentó que con lo acelerado que va todo a él le ha costado ponerse o sintonizarse en que ya estamos en cuaresma, “mal de muchos consuelo de tontos” dice un viejo refrán, pero pensé que al menos no era yo la única que necesitaba sintonizarme.
Esta semana decidí volver a retomar el orden y la rutina de mi vida, porque no es posible que el trabajo me absorba y me envuelva tanto que deje de lado todas esas cosas importantes que como dije al principio son las que alimentan mi alma.
Leyendo el libro de “El encanto de la vida simple” me encontré con lo siguiente: “La vida aveces nos golpea… nos hacemos fuertes y por fuera puede ser que parezca que hemos conseguido dominar la situación, pero a todos nos llegan días oscuros y tormentosos, en los que nos sentimos muy pequeños y frágiles y muy asustadas, como si fuéramos a romper en mil pedazos con la simple pregunta de “¿como estas?…” En realidad en estos días con todo el trabajo que tengo he sentido que me he hecho la fuerte y he creado una coraza que me protege pero de repente siento que cualquier cosa sencilla me hará estallar.
Por eso necesito recuperar mi fuerza espiritual y volver a tener la certeza de que Dios esta muy cerca de mi y que no me abandona, para saber que soy capaz de seguir adelante… a pesar de la carga pesada de trabajo que me ha tocado… ¿que mejor tiempo que Cuaresma?, para repensar mi vida y darle un nuevo rumbo. Siempre hay un buen motivo para hacerlo, pero ahora se convierte en algo realmente especial.
“Tus palabras Señor son espíritu y vida. Tus mandatos señor son rectos y alegran el corazón..” y eso quiero hoy alegrar mi corazón, no quiero estar triste, no quiero nada que no le traiga paz y alegría a mi vida.
Cuaresma, tiempo de reflexionar sobre nuestra vida, de darle un nuevo sentido y dirección a la vida…