En estos dias he estado leyendo algo bien interesante en el libro de Grum, es acerca de los valores, y la valoración que tenemos de nosotros mismos y de los demás.
Me ha gustado mucho la reflexión: “Usted no es responsable de los pensamientos y sentimientos que se suscitan en su interior con relación a la valoración de si mismo, sino de su reacción frente a ellos” Anselm Grum (Encuentra tu equilibrio interior)
Muchas veces me encuentro enojada con los pensamientos o sentimientos que surgen en mi interior, “no debería sentir rabia”, “no debería sentirme enojada”, “no debería alterarme”. Lo que plantea Grum es que esas reacciones son inevitables, lo importante es controlar como reaccionamos ante esos sentimientos. Confieso que me sentí un poco liberada. Es como decir no es malo sentir ciertas cosas, sino que ante esas situaciones debo controlar mis reacciones.
Cuando pienso en mi interior: “es normal que tenga esos sentimientos”, la siguiente reflexión debería hacer es: ¿Que debo hacer ante ese sentimiento? ¿Como debo abordarlo? ¿Como lo transformo?. Cuando aprendo a abordarlo y transformarlo me libero de el.
Por otro lado esta la valoración de los demás. “No debo permitir que la impresión sobre las personas se convierta en juicio de valores sobre el otro… no nos corresponde juzgar a los demás”
Es difícil ver a las personas y no juzgarlas, suelo caer constantemente en el error de juzgar, y si miro atrás a lo largo de mis años me he encontrado con muchas personas que la primera impresión no fue la mejor y que luego me di cuenta que estaba equivocada con esa valoración inicial. Los demás actúan según sus convicciones y criterios y muchos pasamos la vida juzgandolos porque tal vez nosotros lo haríamos de una manera distinta. ¿Porque no aceptar simplemente que somos personas distintas y que reaccionamos diferentes ante las mismas situaciones en la vida?. Aceptar a los demás y no juzgarlos. Que gran reto!!!
Creo que en estos días he aprendido dos grandes lecciones para mi vida:
Primero, que lo malo no son los sentimientos que surgen en nosotros sino como reaccionamos frente a ellos, debemos aprender a abordarlos, transformarlos y liberarnos.
Segundo, que debo aceptar a los demás con sus defectos y sus virtudes, no puedo tratar de cambiarlas, ni debo juzgarlos.
Controlar los sentimientos (reprimirlos en realidad) no solo es una tarea que me parece imposible, sino también antiproducente. Está bien controlar las reacciones, porque no queremos hacernos daño a nosotros o a quienes nos rodean, pero ¿limitar lo que sentimos? ¡Nunca!
En cuanto a no juzgar a los demás, también lo veo difícil, juzgamos por instinto. Habría que tener cuidado con que esos juicios no nos nublen después.
Dos grandes lecciones que nos ayudarán a ser más justos.
Un abrazo
Ehse