Tuve una conversación interesante con mi hijo. Me contó que en su viaje al Tetero había conversado con un amigo de su padre y este la había dicho que los objetivos de la vida de una persona van cambiando a lo largo del tiempo. Guillermo tiene 16 años, sentí que esta conversación le impacto mucho, tal vez caer en la cuenta de esta realidad a los 16 años nos puede asustar, sobre todo para él que a su corta edad cree tener tan claro lo que quiere hacer en su vida.
La verdad es que me lleva ventaja, a diferencia de él, yo a los 16 años no tenia nada claro lo que quería hacer en mi vida, no al menos que yo recuerde, entré a las UASD con 18 y decidí hacer el CU (Colegio Universitario) a ver si en ese año lograba descubrir lo que quería estudiar.
Finalmente no estudie lo que quería, en ese tiempo soñaba con ser profesora, pero mi papa me dijo que me moriría de hambre y no me dejo, muchas veces lamenté no haber estudiado pedagogía. Con el tiempo tuve la oportunidad de impartir clases de todas formas, descubrí que me gusta enseñar, pero a los adultos, no me gusta dar clases en colegio, porque los chicos no ponen atención y yo no tengo paciencia con los niños.
Finalmente elegí una carrera y a lo largo de la vida aprendí igual que el amigo de mi hijo, que los objetivos cambian con el tiempo. Siempre he pensado en la vida como un camino largo que en algún momento se bifurca, entonces debemos decidir cual vereda debemos seguir, creo que cada vez que encontramos una bifurcación en el camino los objetivos cambian.
Después de conversar con Guillermo pensaba que en algunos momentos de la vida quisiera devolverme por el camino ya andado, tal vez con deseos de descubrir que hice mal y como llegue a ese momento en el me que encuentro, lamentablemente en esta historia devolverse no es opción, así que simplemente hay que hacerle frente a lo que viene y seguir adelante.
Terminó la cuaresma, comienza la Pascua… la alegría en nuestro corazón debe retornar, y encontré una frase de Benjamín que me va muy bien: “No se trata de maquillar lo viejo, sino de restaurar la nuestra vida”
El camino esta ahí, estoy en medio de la bifurcación y debo elegir, espero seguir el camino de la alegría y la nueva vida, se que no todo será un camino de flores, podré encontrarme con espacios de desierto y de sequía, pero se que la esperanza de saber que no camino sola lo hará mas liviano, hasta que llegue el siguiente recodo.