Porque escribo


En el año 2007 una persona, muy especial en mi vida en ese momento,  me sugirió que comenzara a escribir en un blog. Mi primer pensamiento fue: ¿Quién va a querer leer lo que yo escribo? Pero él anduvo insistiendo por un tiempo. Un día después de llegar de un viaje de vacaciones me decidí a abrir el blog. El propósito era escribir lo que me saliera del corazón. Al cabo de unos meses me sorprendí encontrando comentarios y fue cuando caí en la cuenta que de repente a alguien podían gustarle aquellas cosas que se me ocurrían.  De todas formas, para ese momento ya había llegado a un punto en que, era yo quien disfrutaba mucho escribir. Hace poco caí en la cuenta de que por espacio de  casi tres años, lo que estuve escribiendo en cierta forma eran ensayos.

Un día alguien hizo un comentario en el blog y me habló de la escuela de escritores. Así fue que me decidí a inscribirme. Hasta ese momento lo único que había escrito eran mis reflexiones de día en día y fue la primera vez que tuve la oportunidad de inventar una historia, porque antes de eso no me creía apta para inventar nada. Ahora tengo mas de un año inventando historias, y parece que no salen tan mal.

Pero, a lo que vamos ¿Por qué escribo? En primer lugar creo que escribo porque lo tengo en las venas. Al leer la historia de Isabel Canelles, pensé que se parecía un poco a la historia de mi padre, un ingeniero que soñó siempre con ser periodista. A diferencia del padre de Isabel , el mío al final de sus días si ha podido lograr su sueño, con 75 años ha escrito más de 10 libros sobre filatelia, y con orgullo puedo decir que es el escritor de literatura filatélica de mas renombre en América Latina. Por eso me atrevo a afirmar que lo de escribir lo llevo un poco en las venas.

Comencé a leer a los 15 años, mi papá tenía una biblioteca enorme y el primer libro que leí porque quise, no porque me lo pusieron de tarea en el colegio,  fue “Servidumbre Humana” de Somerset Maughan. A partir de ese momento leí todos los libros de Maughan y de Cronin que estaban en la biblioteca. Me sentía tan feliz sumergida en aquel mundo de las novelas, y muchas veces anhelé poder escribir como esos autores que leía. Luego en la universidad conocí a Isabel Allende y fue como descubrir que las mujeres también teníamos la capacidad de escribir tan maravillosamente como cualquier  hombre. Puede parecer una tontería esta afirmación, pero hasta ese momento, solo había leído novelas de hombres, corrían los años 80 y al menos en este pedazo del mundo el feminismo no estaba tan de moda.  Isabel Allende había comenzado a escribir formalmente después de los 40 años, así que me encontré un día pensando, que tal vez no era tan tarde y yo algún día pudiese tener una oportunidad.

Muchas veces he pensado que nunca podré escribir una novela. Ir a una librería y ver la cantidad de escritores y libros que existen me desanima. De nuevo vuelve a mi mente esa pregunta: ¿Quién leería una libro que yo escriba? Y vuelvo a preguntar entonces: ¿por qué entonces escribo? Mi respuesta es: “porque no puedo evitarlo”.  Cuando una idea viene a mi mente no puedo evitar la tentación de salir corriendo a la computadora y escribir. Entonces en ese instante, nada importa, aunque tuviera la certeza de que nadie va a leer lo que escribo, lo hago porque me sale del corazón.

Cuando escribo a mano disfruto sentir la tinta o el grafito que se desliza por el papel. Cuando escribo en la computadora, disfruto ver aparecer cada letra tras otra, y luego una frase y luego el párrafo y al final descubrir una historia que alguna vez estuvo en mi cabeza y ahora le encuentro plasmada sobre el papel.

Es maravilloso que alguien descubra en lo que escribo una historia tan distinta de la que yo intentaba, que alguien me diga que leer lo que escribí, le hizo pensar, reflexionar o actuar.

Creo que escribir es parte de vivir. Al escribir voy plasmando un poco mi vida y al hacerlo no la olvido, y la pienso y la reflexiono. Pero también la saco de mi cabeza, porque sé que quedará ahí sobre el papel. Así que creo que también lo hago para olvidar.

Si alguien me dijera que no puedo volver a escribir, mi vida perdería un poco el sentido. No sé si algún día pueda hacer una novela o un cuento, no aspiro a publicar nada ni a ser famosa, solo me gusta escribir, y ya lo dije lo hago porque me sale del corazón y porque para mi escribir es vivir.

2 comentarios en “Porque escribo

  1. José Luis Sampedro dice en su libro Escribir es Vivir, que creo fuiste tu quien me lo regaló, hablando de Nureyev, el gran bailarín ruso que la única razón por la que este se dedicó al ballet era porque no podía evitarlo y que para él, escribir no era un trabajo; era una necesidad vital.
    Para mi, al igual que para Sampedro y para ti, escribir es una necesidad vital y la escritura siempre ha sido una «labour of love». He publicado 11 libros y todavía no me he ganado el primer peso con ellos, pero voy a seguir escribiendo mientras me queden fuerzas.
    Cuando una sabe, como es el caso de una Isabel Allende o un Vargas Llosa, que cualquier cosa que se escriba le va a generar dinero, es fácil sentarse a escribir. Se requiere de ese aliento vital que tenemos tu, yo y todos aquellos que sin esperar ninguna compensación económica, para seguir escribiendo, y sin embargo, lo seguiremos haciendo.

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