Sufrimiento


No ha sido un año particularmente especial en mi vida, el 2023 podría contarlo dentro de esos años que pudiera borrar perfectamente del calendario de la vida. No soy pesimista, pero a unos 15 días de que el año finalice pienso un poco en las cosas que han ocurrido y no son particularmente buenas, no hay tragedias, no ha muerto nadie, al menos ninguna persona cercana, a parte de Cocó la perrita de mi hermano que tenía 13 años con nosotros y la hemos llorado por varios días, como si hubiese sido una persona.

Estoy leyendo un libro del Dalai Lama, «El arte de vivir el nuevo milenio» y en estos días leí un capítulo acerca del sufrimiento. Me llamó la atención su clasificación de los diferentes tipos de sufrimientos, sobre todo aquel «que surge de la incertidumbre, de no saber nunca dónde o cuándo tendremos que enfrentarnos a la adversidad». En estos días que están ocurriendo cosas tan extrañas en el mundo definitivamente la incertidumbre nos provoca miedo, ansiedad y sufrimiento. 

El Dalai Lama plantea que podemos hacer mucho ante la experiencia del sufrimiento: «Podemos disciplinar nuestra respuesta ante el sufrimiento… cuando no refrenamos la tendencia a reaccionar negativamente ante el sufrimiento, este se torna en una fuente de pensamientos negativos», pero me preguntaba en ese momento ¿Hay alguna manera de reaccionar positivamente cuando el sufrimiento llega a nuestra vida? parece que sí, pero yo confieso que esto a mi me cuesta demasiado. 

Dice el Dalai Lama: «hay una relación clara entre el impacto que tiene el sufrimiento en nuestro corazón y en nuestro espíritu y nuestra manera de practicas disciplina interior» y debo reconocer, que yo que tengo unos cuantos años practicando meditación he logrado aprender a reaccionar mejor ante las adversidades que me llegan en la vida. Pero este año particularmente ha habido momentos en que las situaciones vividas han sobrepasado mi capacidad de controlar las reacciones y me he desmoronado, literalmente. 

«El grado en que nos afecta el sufrimiento depende solo de nosotros … cuando contemplamos un problema muy de cerca inunda nuestro campo visual y se nos antoja una enormidad … al ver el problema desde cierta distancia automáticamente empezamos a verlo en relación a otras cosas y … podemos abordarlos desde ángulos muy diversos»  El grado en que nos afecta el sufrimiento depende solo de mi, eso es completamente cierto, soy yo quien debo decidir si me desmorono o me recompongo y sigo adelante. Y lo cierto es que en todas las ocasiones he recogido uno a uno los pedazos de mi misma y he vuelto a revivir como el ave Fénix, pero siento que en cada situación hay una parte de mi corazón que no he logrado re-colocarlo como estaba antes y esto va calando cada de dia un poco en mi fé.

Dice la reflexión: «Los tiempos de mayores ganancias en cuanto a sabiduría y fuerza interior son los tiempos de mayores dificultades» En cada crisis algo aprendo y se fortalece mi espíritu. «No hay nada permanente.. todo está sujeto a cambio y declive» y eso incluye el sufrimiento, cuando estamos en medio de las crisis debemos recordarnos que «esto también pasará»

El Dalai Lama, bien pragmático, plantea: «Cuando afrontemos dificultades no nos dejemos paralizar por ellas… si ha posibilidad de resolverlo ninguna ansiedad tiene razón de ser… si por el contrario dada la naturaleza del problema no hay solución, tampoco tiene sentido preocuparse»  eso resulta demasiado sencillo plantearlo, pero nuestra mente hace lo que quiere y es imposible controlarla, una vez surge el problema aunque yo tenga la certeza que no lo puedo resolver y no hay nada que hacer, los pensamientos continúan martillando y no nos dejan vivir, y aveces, no dejarnos paralizar por los problemas resulta más complicado de lo que parece. La respuesta podría ser: «Conciencia Plena», esa es la solución, debemos respirar, enfocarnos en el momento presente, no mortificarse por el futuro sobre el cual no tenemos control y no preocuparnos por un pasado en el que ya no tenemos nada que hacer. 

Pero en ese momento, es cuando me acerco a Dios y le pregunto ¿Qué necesito de ti? y descubro que solo me puede dar fortaleza, valor, sabiduría, pero eso no hace que el sufrimiento sea menos doloroso, solo me ayuda a sobrellevarlo; porque fé es creer que los problemas mágicamente se solucionaran, y en este punto de la vida he descubierto que eso en verdad no ocurre, no hay magia, no hay milagro, no hay misterio. Solo fortaleza y valor para seguir adelante en medio de la crisis.

Parecería que he llegado a un punto muerto, pero siempre trato de ver lo positivo de lo que voy aprendiendo así que mi propósito frente al sufrimiento sería: saber, que hay sufrimientos sobre los que no hay nada que hacer solo aceptarlos y tratar de que los pensamientos negativos no nos venzan y mermen nuestra fortaleza para seguir adelante; y saber que de las crisis solo aprendemos y nos dan sabiduría y fuerza interior. Que esa fuerza interior me permita mantener mi Fé en un Dios que solo puede darme a su vez: Fortaleza, valor y sabiduría.

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