Los otros días me llamó papá, tenía problemas con el inversor había que llamar al electricista, luego hablé con mami, anoche a media noche se dieron cuenta que no había agua, esta mañana encendieron la cisterna (la apagan en la noche, no entiendo para que pero no digo nada) y después de un rato que no apagaba, porque probablemente los tanques del techo se estaban llenando ya que estaban vacíos, decidieron apagarla nuevamente, tenían miedo de que hubiera un problema y se vaciara la cisterna y los tanques; ninguno de los dos pueden subir al techo, tienen 90 y 91 años, y no hay nadie en la casa con ellos. Tuve que subir al auto, ir a casa, subir al techo, no encontré ningún problema, le dije que encendiera de nuevo la cisterna, espere que se llenarán los tanques y después de estar un rato me fui.
Esa ha sido mi realidad en los últimos tiempos, mi hermana me dice que no tengo que salir corriendo cada vez que ocurre algo en casa, pero lo cierto es que de las últimas 5 veces que he decidido ir a ver lo que ocurría, cuatro había sido necesario que fuera, la estadística me dice que no me puedo quedar con los brazos cruzados, aunque parezca que no es urgente por lo que me llaman.
La vez anterior me llamó como a las siete de la noche, papi se había caído, “pero no era nada, tenia una pequeña herida sobre el labio, no tienes que venir”. termine lo que estaba haciendo y salí con los mismos pantalones cortos que tenía, la herida parecía un tajo sobre el labio y tuvieron que darle 4 puntos con un cirujano plástico, termine llamando al hijo de mi mejor amiga, que por una providencia me acorde que era cirujano plástico, porque no encontrábamos médico que lo suturara y el relajo termino pasadas las 12 de la noche. La vez anterior estaba de viaje, llamé al llegar y me dijo mami que se había caído, tengo un pequeño morado en la pierna, al otro dia cuando fui tenia toda la pierna negra, el golpe le duró meses para que desapareciera, la doctora de la emergencia se enojó conmigo porque no la había llevado el día anterior.
Dice mi sobrino que Auri va a durar 107 años, nos reímos y yo pienso “Dios no permitas que dure tanto tiempo, por favor cuando ya no me pueda valer por mi misma te doy permiso para que me lleves contigo”, pero volviendo a los papás… siento que hacen que la vida sea más difícil, deberían tener alguien que los cuidara pero se niegan, la gente me dice que los obligue, pero ellos están en su sano juicio y no creo que debo imponerles cosas. A veces pienso que estoy terminando un ciclo de mi vida y que debería comenzar una nueva etapa con otros retos y proyectos, pero cuando veo a los viejos pienso que no puedo, porque aun me queda una responsabilidad.
Cuando pasa algo como lo de hace unos dias y llego a casa, mamá me dice: ¿Y qué haces aquí? y yo le respondo: “Vine a ver lo que pasa con el agua”; al final al despedirse, ella me dice: “no se que hiciéramos si no te tuvieramos a ti” se que no me lo dice por nada, creo que genuinamente cree que si yo no estuviera, la vida de ellos seria mas difícil, y me pregunto ¿Que grado de responsabilidad debo tener para con ellos?. Cuando saco balance ellos siempre han estado en mi vida, en las buenas y en las malas. No se cual es la respuesta, pero si se cual es la responsabilidad que siento sobre mis hombros, sé que soy yo misma que me la he impuesto, nadie me la exige, ni siquiera los papas, pero es lo que siento. Los veo viejos y solo puedo estar agradecida de que estén bien, que estén lúcidos con la senilidad propia de los 90, pero en general bien, y me recuerdo a mi misma la frase de San Ignacio en tiempos de desolación, no hacer mudanza. No creo que sean tanto como tiempos de desolación, pero son tiempos de espera, no es el momento de una nueva etapa de la vida.