Seijaku: Serenidad en medio del caos. Cuando a nuestro alrededor el mundo parece haber enloquecido pero nosotros permanecemos tranquilos.
Esta semana el miércoles era feriado y decidí tomarme unos días libres. Tenía algunas diligencias que hacer pero la verdad es que más que nada tenía deseos de no hacer nada. El universo se unió a mi deseo y los días han estado con tormenta, lo que me ha dado una excelente excusa para ponerme el pijama y no salir a ningún lado. Mi sillón ha sido mi refugio con un buen libro o varios buenos libros.
Allá afuera imagino que el mundo ha seguido su curso, los politicos matandose o tomando decisiones estupidas, las guerras siguen su camino sin que ninguna mente juiciosa logre plantear alguna salida que acabe con la matanza y el genocidio. Los pendientes del trabajo siguen ahí, pendientes hasta el lunes porque así lo he decidido. El mundo afuera es un caos, no parece sino que definitivamente ha enloquecido.
Y yo en el refugio de mi habitación, me siento en mi sillón de meditación, cierro los ojos y trato de que los pensamientos no me guíen y los veo pasar e intento llenarme de serenidad a pesar del caos que debe haber por ahí afuera.
Recuerdo que mis emociones no me definen y a propósito de eso reflexiono sobre una frase que hoy me dijo mi hijo: “las emociones son señales no indicaciones…” Y dejó de lado la tristeza que intenta asomarse y le planto la puerta en la cara porque también la tristeza es parte del caos y aquí en mi habitación hoy no cabe, este finde no acepto que las emociones me controlen.
Vuelvo a mi sillón de meditación, vuelvo a mi centro y hago propia la palabra Seijaku…la serenidad de mi vida en medio del caos de la vida.