Escrito No. 17.  Momentos tristes… momentos alegres


“Existe la idea de que la vida feliz carece de momentos tristes. Si tienes sentimientos dolorosos es una buena señal, quiere decir: que estás vivo y que no eres un psicópata”. Esta frase la leí en el libro “Maestros de la felicidad”. Es curioso, la palabra psicópata, la he escuchado este fin de semana en dos ocasiones y no precisamente en las noticias. 

Psicopata – que padece de psicopatía; Psicopatía: Enfermedad o trastorno mental, en especial el que se caracteriza por una alteración del carácter o de la conducta social y no comporta ninguna anormalidad intelectual.

Claro si eres un psicópata andas por ahí tratando de desgraciarle la vida a cualquiera que se te plante en la frente aunque no lo conozcas, sin importar el daño que vas a hacer la vida de esa persona, andas por ahí simplemente haciendo infeliz a los demás. Antes ni nos enterábamos de los locos que se daban a la tarea de hacer infeliz a los demás, ahora con las redes sociales estamos inundados de esas noticias. Me gustaría que hubiera una sección en el periodico y en las redes de personas que llevan felicidad a los demás.

Generalmente asociamos un psicópata a alguien que agarra un arma y acaba con la vida a un grupo de personas inocentes, seguro que esa persona tendrá algún trastorno de la conducta… pero lo cierto es que muchas personas a nuestro alrededor parecen psicópatas porque aunque no tienen un trastorno de conducta diagnosticado, se pasan la vida haciendo la nuestra imposible … sin darse cuenta que provocan en nosotros sentimientos dolorosos con algunos de sus comportamientos. 

Lo cierto es que la vida está llena de momentos, unos tristes y otros alegres, aunque no se porque hay días que nos da por pensar que los momentos tristes son más y que no hay momentos alegres. Mi antídoto contra eso es cada día ser agradecida, porque si dedicamos un momento del día a agradecer, obligatoriamente tenemos que pensar en los momentos del día en que la vida nos ha sacado una sonrisa. 

Como ayer cuando hable con mi enano y me hizo reír con sus ocurrencias, o preparar con mi largo unos espaguetis y hablar de cualquier cosa, o ir al super con Guille y en el regreso encontrarme una luna maravillosa que me alegra el corazón, o tener que ir con los papás al super, todavía a sus 91 pueden ir conmigo al super! o encontrar a mis gatos en la ventana avisando que el gato de la calle está subido en algún lugar pidiendo comida. Esas fueron las alegrías de mi fin de semana… tontas, a los ojos de muchos pero solo para demostrar que no todo en la vida son momentos de tristeza. Seguro que cada uno de nosotros tendrá su lista, solo es cuestión de buscar lápiz y papel y escribirlas.

Deja un comentario