Hatsuyume; El primer sueño que recuerdo


Andaba con Fer dando vueltas por Madrid. Me encanta andar sin rumbo por las ciudades, es impresionante lo que uno puede descubrir. De repente vi una librería con propósito, de esas a las cuales no puedes resistirte. Luego me dejé llevar por las recomendaciones de una chica super simpática que atendía. 

Agarro un libro y otra señora comenta sobre el: Hanakotoba – El lenguaje de las flores: “Pequeño diccionario japonés de las cosas sin nombre”, dice que un profesor de poesías lo usa para tirar de las palabras y poner a escribir a sus  estudiantes, me compro la idea, pensando en todas las veces que ando “sin musa” y me digo: “De repente funciona…”

Hatsuyume: El primer sueño del año, interpretado como el augurio de lo que ocurrirá en los próximos 365 días. Y, no me acuerdo del primer sueño del año, pero si de uno que tuve hace unos días. FUNCIONA!!!

No es común que me acuerde de los sueños, suelo despertarme de repente en medio de alguno, y en ese momento lo recuerdo, pero cuando me vuelvo a dormir, a la mañana siguiente lo he olvidado. Sin embargo este sueño en particular fue demasiado vívido y lo recordaba perfectamente cuando me desperté y al otro día cuando se lo conté a Guille.

Estaba con un niño, que no parecía ser ninguno de mis hijos, íbamos agarrados caminando con las manos por el borde de una pared de un edificio, aunque era muy alto no teníamos miedo, íbamos relativamente rápido, al llegar al extremo, el niño estaba eufórico por la hazaña, me miró, soltó las manos y cayó al vacío, yo sentía que se había muerto… me subí al edificio y sentí miedo, vi llegar al padre del niño y un despliegue de policías, pensé que me culparían porque el niño estaba conmigo y entonces corrí, mientras lo hacía pensé que aquello era solo un sueño y que solo tenía que abrir los ojos y despertar, llegaré a casa y despertaré, me dije, pero al llegar a casa, me di cuenta que no era un sueño y que no podía despertar… luego en el sueño abrí bien los ojos y desperté.

Dice Guille que los sueños tienen que ver un poco con nuestro subconsciente… al escuchar ahora la palabra en japones pensé en el sueño y me pregunté ¿qué me estaba diciendo mi subconsciente?. Pensé en mis hijos, me dije que no me creía sobre-protectora, pero tal vez si lo soy, tal vez los he acompañado al borde de sus propios acantilados y ahora debo dejarlos que se suelten y hagan lo que quieran inclusive lanzarse al vacío y vivir sus propias vidas. Tal vez me toque aceptar que son dos adultos y ya no niños. Tal vez tengo miedo de que me culpen si la cosa no sale bien, pero en mi defensa he hecho mi mayor esfuerzo.

Guille en su momento, hizo lo que se le pegó la gana, a los 19 se subió a un avión cargando una caja que pesaba mil demonios con una computadora y se fue a Francia, y por ahí anda aun haciendo con su vida lo que quiere y lo que le sale de dentro, un chico con una mente brillante y el corazón más grande que se puede tener, que se enrolla en los proyectos más insólitos sin esperar nada a cambio y que su mejor palabra es: “Siempre Listo” y que ha decidido hacer con su vida lo que él quiera.

Hoy fui a la presentación del Trabajo Final del Master de Fer, agradezco al universo la posibilidad de venir y compartir ese momento con él. Lo hizo excelente, hay una parte que es orgullo de mamá pero en otro orden creo que hizo un excelente trabajo: crítico con la realidad actual que nos toca, político e incendiario, como la mamá, y … como el papá cuando era “pobre e indocumentado”, bien soportado y defendido y con una claridad de lo que quiere hacer en su vida que me asombra. Cuando el asesor le preguntó porque las pinturas: a mi me dieron ganas de gritar: “Porque ese chaval no puede respirar si no tiene un pincel en la mano” “porque él ha decidido hacer lo que quiere en la vida a costa de lo que sea”.

Tal vez en estos días me he dado cuenta que me tocaba acompañarlos hasta el final del precipicio y luego me toca dejarlos saltar al vacío y que elijan sus vidas como ellos quieren. A mí me toca seguir la mía… acompañando desde arriba y diciéndoles que estoy aquí cuando me necesiten.

El primer sueño del año que me acuerdo, tal vez solo intenta decirme que no debo tener miedo que hice lo mejor que estaba en mis manos y que todo va a estar bien.

2 comentarios en “Hatsuyume; El primer sueño que recuerdo

  1. Me pareció maravilloso ! Espero que los sueños puedan guiar nuestras vidas y que podamos trabajar para lograrlos.

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