Escrito #6. Recuerdos


En estos días me ha sorprendido descubrir cómo algunas cosas pueden devolverte al pasado: la música, un número, o el intro de una serie que solías ver hace un montón de años.

Estaba en mi habitación y mi hijo en la suya y cuando escuché el intro de algo que él está viendo, probablemente en su compu, pensé que eso me recordaba algo. Durante varios días escuché de forma repetida el intro, intuí que estaba viendo alguna serie, pero por no invadir la privacidad no quise preguntar. Lo que ocurría era que la música me revolvía algo interno que no lograba identificar lo que era, literalmente escuchar aquel intro me ponía triste y no sabía porque. Después de unos días la curiosidad me venció, en un momento me dijo que iba a ver «su serie”, y aproveché para preguntarle qué era lo que estaba viendo y me dijo: “The west wing”, y entonces comprendí porqué la música me ponía triste. Esa era una serie que veía su papá cuando estábamos juntos, había comprado todos los CD’s y nos sentábamos juntos a verla, durante mucho tiempo fue algo que compartimos, en mi subconsciente asociaba la música a algún momento de mi vida en que fui feliz. No es que ahora no sea feliz, pero imagino que mi subconsciente recordaba aquello como algo pasado y hacía que inconscientemente  me entristeciera.

Hace unos días en la mañana estaba desactivando la clave de la alarma de mi oficina, y me pregunté porqué había puesto esa clave, caí en la cuenta que la había establecido en los primeros años de la oficina cuando aún estaba casada y era una clave común que usaba con el papá de mis hijos para algunas cosas. Tomé nota para hacer un cambio de la clave.

En diciembre vinieron mis hermanos que viven fuera y siempre que uno se reúne es una oportunidad para revivir otros tiempos. Es increible las diferentes vidas que uno vive. Una etapa se cierra y otra se abre y a veces los recuerdos de cosas que pasaron hace mucho tiempo, vienen y van,  pero otras que parecen más cercanas te das cuentas que ha pasado el tiempo y que ya van 15 años, lo que te parece increíble.

Suelo tener bastante buena memoria y me preocupa que los años la afecten y que vaya perdiendo facultades, por eso escribo mi diario. No se si algún día dentro de algunos años tenga el valor, o las ganas de leer lo que escribí ahora, pero escribo, porque me sirve para evaluar mis días, para hacer balance de lo que hice bueno y no tan bueno, de las cosas que debería mejorar.  Escribo porque lo hago desde los 18 años cuando se me ocurrió empezar un diario en el que le escribía a «Dios”. Ya no le escribo a Dios, hace mucho que deje de escribirle, ahora solo escribo porque no lo puedo evitar. 

Tal vez en unos años también, al leer esas líneas me revuelvan los mismos sentimientos que hoy se mueven al escuchar el intro de “The west Wing”

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