Escrito #10


En dos días será navidad. Siempre para estas fechas suelo sentarme a escribir algo. La navidad es tiempo de esperanza, no importa si uno tiene o no fé. Y aunque están pasando tantas cosas extrañas en el mundo, creo que lo último que uno debe perder es la esperanza.

Este año estuve escuchando unas clases magistrales sobre la revolución francesa y Napoleon Bonaparte. Después que he entrado en años, he descubierto que me encanta la historia; claro, cuando estaba en el colegio no me gustaba porque había que aprenderla y repetirla al profesor o escribirla en un examen y yo nunca he tenido buena memoria, pero ahora que la historia la escucho, o la leo por placer, solo por el mero hecho del conocimiento la disfruto muchísimo. Escuché 57 clases magistrales de la historia de la revolución francesa y Napoleon. 

A qué viene esto, es que escuchando historia he descubierto que el mundo siempre ha estado convulsionado, ha habido momentos de cierta tranquilidad, pero en general a lo largo de la historia han ocurrido cosas tan atroces o peores a las que ocurren en estos días. Claro uno siempre piensa que un tipo que llega a una escuela y dispara contra niños inocentes es lo mas horrible que puede pasar, pero en las diferentes guerras que ha habido en el mundo, los aviones volaban sobre las ciudades y lanzaban bombas a gente inocente ¿Cual es la diferencia?.

Lo digo porque escuchar las noticias a veces me llena de una enorme desazón, y hoy quiero recordar que todos los tiempos han tenido sus dificultades con las que los humanos hemos tenido que lidiar y que eso no debería llevarnos a perder la esperanza; Porque en medio de los desastres que muchos humanos han hecho, siempre ha surgido quien trate de cambiar las cosas y hacerlo bien.

Este año, en la oficina, decidimos hacer la celebración de navidad en un lugar al aire libre, con tan mala suerte que llovió por tres horas y todo lo que habíamos planificado se volvió un caos, terminamos entrando a la casa de la dueña del lugar, porque la lluvia no paraba y logramos recomponer las cosas y en cierta manera terminar la fiesta.  Reflexionando sobre lo que había pasado pensé, que el año 2023 fue como la tarde del viernes, habíamos planificado una fiesta muy linda y decorada y la lluvia nos desarmó los planes, no estaba en nuestras manos hacer nada con respecto a la lluvia, la naturaleza es impredecible, pero sí está en nuestras manos la forma en cómo reaccionamos ante las adversidades, así que sacamos de abajo y como se pudo reinventamos la fiesta.

Hay muchas cosas que no podemos controlar; que el mundo esté tan desarmado no lo podemos cambiar, pero sí podemos personalmente aportar con nuestro accionar a que el mundo sea distinto: en nuestro entorno, en nuestro trabajo y con nuestra familia y también podemos controlar  la forma en la que reaccionamos frente a las adversidades. También está en nuestras manos ver la vida con esperanza y no llenarnos de pesimismo.

Como siempre no intento darle lecciones a nadie, mis reflexiones son una forma de expresar en palabras escritas mis compromisos. Quisiera decirle adiós al 2023 y recibir el 2024 intentando llenarme de esperanza, no dejar que las dificultades me abrumen o me llenen de tristeza y aprender a reaccionar de una forma distinta antes las dificultades.

Espero que el recién nacido traiga alegría y esperanza a mis días.

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