Escrito #3 – Memoria


La memoria es frágil, lo he repetido muchas veces, darme cuenta me da miedo. De repente ves a tu alrededor personas jóvenes que tienen algún problema de demencia y pierden la memoria, pienso que eso debe ser muy triste. La abuela de mis hijos, mi suegra, porque no creo que tenga ninguna otra suegra en esta vida, tiene alzheimer. Al principio la visitaba, con vergüenza reconozco que cada vez me cuesta más ir a visitarla, me da tanta tristeza que no sepa quien soy. Una de las últimas veces que la visité cuando me iba me miró y me dijo: «Tu te pareces muchísimo a Carolina», no se si era a mi que me le parecía, o tal vez a otra Carolina porque no creo que fuera a la Carolina del pasado, esa no tenía canas.

Ayer salí de la casa y estaba hablando con alguien, cuando había doblado la esquina, no recordaba haber visto donde estaba Momo mi gato,  o si había cerrado la ventana, para que no se saliera. Hice una diligencia cerca y volví a casa, iba a salir mas largo y no quería tomar el riesgo de haber dejado la ventana abierta, me dije a mi misma que salí en piloto automático porque iba hablando, pero me entristece no recordar muchas partes de mi vida pasada, me pregunto, si eso es ahora que tengo 59 años, que será cuando tenga 89 como el papá.

Hoy hice un ejercicio, intenté recordar un día de mi vida hace 15 años desde que me levantaba hasta que me acostaba y hay tantas lagunas, no se si me invento lo que pasó, si es ficción o es realidad. Pero después pienso, ¿Para qué me sirve recordar hoy lo que hice hace 15 años? Hoy hablaba con mi hijo y estuvimos de acuerdo que los recuerdos son concretos y muy finitos, nos acordamos probablemente de aquello que nos impactó en la vida, el resto no sirve para nada porque no podemos recordarlo. Que le importa a mi yo dentro de 10 años si el 06 de agosto a las 5:00 de la tarde cuando intenté escribir en mi diario no podía recordar si me había bañado en la mañana y decidí volver a bañarme por las dudas, para no firmar un vale: «vale por un baño»

Por eso cada día intento convencerme que lo único importante es cada instante de la vida en el momento que lo estamos viviendo, y que debemos intentar vivirlo con intensidad. Intentar que lo que haga me llene de alguna manera: disfrutar un buen libro, un almuerzo con mi hijo hablando de su proyecto, una película que me haga llorar, una cena de tacos poniéndome al dia con mi amiga, o un café con otra un miércoles a las 3:00 de la tarde,  un trabajo terminado con éxito y el orgullo de que salió bien, una conversación con mi hermana cada semana, llamar a los papás cada día y preguntarles simplemente como están, para saber que aún están ahí, que aún los puedo llamar, porque pronto, en un futuro no lejano ya nunca mas podré levantar el teléfono y escuchar del otro lado: «Hola Caro, como estas»

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