«El mañana no es real. La única realidad es el presente». Cada vez que intento hacer planes a largo plazo ocurren cosas que me llevan a recordar que lo único cierto es este momento, por eso me pareció muy acertada esta frase:
El mañana no es real porque no sé lo que va a ocurrir, sin embargo no sé porque me cuesta tanto dejar de planificar. Pienso en todas las noches que no he podido dormir preocupada por cosas que no puedo resolver en el momento y que me quitan el sueño.
Hace unos años me pasó algo increíble. Aún no era consciente de que el tiempo de nuestra vida es finito y me afanaba por demasiadas cosas, vivía en piloto automático y tenía mil cosas al mismo tiempo en mi cabeza. Siempre ponía combustible a mi vehículo en la misma estación de gasolina, ese día pedí que me llenaran el tanque, creo que iba al aeropuerto, y en cuanto el tanque estuvo lleno encendí el vehículo y me fui sin pagar. Lo más grave fue, que no me di cuenta de que hice esto. Unos días después alguien llamó a mi oficina, era un empleado de la estación de gasolina, como siempre pedía comprobante fiscal y me conocían, buscaron comprobantes viejos y la empresa en la que trabajaba y me llamaron, el empleado con mucha amabilidad me dijo que me había ido sin pagar. Cuando intenté reconstruir el momento, no fui capaz, muerta de la vergüenza, subí al carro y me fui a la estación y pidiendo mil disculpas al empleado pague la gasolina que había consumido.
Recordé la historia porque hace unos días se me ocurrió volver a leer el libro de Anthony de Mello, y encontré una historia: «está lloviendo el discípulo llega con su paraguas y entra donde el maestro, y este le pregunta dónde dejó el paraguas, si a la derecha o a la izquierda, el discípulo no supo qué responder y se dio cuenta que no había sido capaz de practicar la consciencia plena; acababa de dejar el paraguas, pero lo hizo en piloto automático.
Muchos días de mi vida vivo en piloto automático, cuando llega la noche, no soy capaz de recordar lo que hice durante el día y sin embargo soy capaz de pasar mucho tiempo planeando lo que voy a hacer en el verano, aunque de repente esos planes se desvanecen como si fuera magia.
Hace mucho que no me ocurren hechos como el de la gasolina, pero muchos días al llegar la noche siento que los viví en piloto automático y no se como llegué al final del día. Aún es principio de año y estoy a tiempo de hacerme el firme propósito de vivir el presente y desconectar el piloto automático de mi vida y dejar de planificar lo que haré en el verano.