Escrito No. 6. Cleo


A estas alturas todos sabrán que soy una amante de los gatos. Tengo a Momo, mi gato, pero en la puerta de mi casa hay un plato con comida y los gatos del vecindario llegan varias veces al día a pedir comida. Son bien sabios y me tienen controlados los horarios, menos mal que no son ladrones al acecho porque ya hubiera quedado mal parada.

Cleo comenzó a llegar hace unos meses era una gata muy pequeña que llegaba por debajo de la puerta del callejón y pedía con mucho ímpetu. Después de un tiempo comencé a notar que estaba un poco gordita, «te está aprovechando la comida», le dije, hasta que unas semanas después me di cuenta de que la pobre estaba preñada. Era tan pequeña que me dio lástima. 

Con la barriga, Cleo tenía mucha hambre y se mantuvo firme en pedir comida, yo me puse a buscar en google cuánto duraba un embarazo de gata y encontré que aproximadamente dos meses, y estuve pendiente del tiempo,  trate de ver si sentían los gatitos moviéndose (eso decía Mr Google) , pero pensé que tendría dos gusarapos porque la gatita era muy pequeña y tampoco la barriga era tan grande.

Algunas semanas después Cleo llego sin barriga y la tetas llenas de leche, «ya pariste» le dije y le preguntaba, de forma figurativa: «donde andan los gatitos» nunca aparecieron, me imaginé que tal vez no habían sobrevivido, pero Cleo seguía llegando varias veces al día y comía mucho y las tetas estaban llenas de leche.

Hace un par de semanas llegó coja, no podía afincar la pata, yo me puse de «Padre Billini» (era un sacerdote que ayudaba a los pobres) y llamé a mi prima que es veterinaria, arranque con Cleo y le hicimos una radiografía, al parecer era un golpe, tratamiento de antiinflamatorios y cuidado en la jaula de la veterinaria, y le dije a mi prima que aprovecharamos y la castramos, a los dos días Cleo volvió a casa, Mi prima sugirió que porque no me quedaba con ella, lo intenté, pero después de un par de hora se plantó en la puerta y hasta que no le abrí y salió corriendo no se detuvieron los maullidos. En ese momento pensé que era una gatita salvaje y prefería la calle, ya había hecho mi buena labor del día y seguiria dandole comida, pero no podía comprometerme a cuidar una gata que prefería estar en la calle. 

Pasó una semana y el domingo Cleo volvió, ahora si grave, la pata completamente inflamada y con evidente dolor. De nuevo Cleo y yo partimos para donde mi prima, le inyectamos antiinflamatorios y antibióticos, y esta vez me la traje de vuelta decidida a mantenerla en casa a costa de cualquier cosa, pero después de 2 horas Cleo no dejaba de maullar en la puerta y no me quedó más remedio que dejarla salir de nuevo, «vete, gatita salvaje, allá tu si quieres prefieres estar en la calle», le dije resentida de haberla cuida y fuera malagradecida.

Ayer llegó Cleo a mi puerta, la pata se había bajado bastante y había salido un acceso, que era la sospecha de mi prima, al salir el acceso bajo la inflamación. Después de comer quería regresar al patio y yo en el afán de que no se maltratará de nuevo la pata, decidí cargarla, y la llevé al patio a través de la cocina.

Cleo se asombra de encontrar esa vía de llegar a mi patio, y comienza a caminar y entonces me encuentro con tremenda sorpresa: por un agujero de la pared comienzan a aparecer gatitos,  ¡Cleo, los gatitos !!! ¿Cuantos son? veo uno naranja con blanco y uno gris como ella, me escondo y acecho y comienzan a salir: uno negro, otro gris, otro blanco con naranja. ¡Cinco Gatitos completamente criados!, Cleo se acuesta en el patio y los gatitos vienen uno por uno y se pegan de la teta, y yo finalmente entendí porque ella no podía quedarse trancada en la casa, sus gatitos andaban por ahí y tenía que ir a cuidarlos.

En la noche al acostarme me sentía llena de felicidad, no se porque ver a Cleo con los gatitos me puso tan contenta. Imagino, que como se estaba alimentando bien en casa todos los días, pudo tener fuerzas para sacar cinco gatitos adelante. La escena de los gatitos saliendo por el agujero de la pared: uno, dos, tres, cuatro, cinco!!! me recordó la película de los aristogatos. 

Cleo es una buena mamá, viene a comer y regresa al patio a cuidar a sus gatitos.  Tal vez cuando los gatitos se vayan o le encontremos refugio se quiera quedar en casa haciendole compañía a Momo, tal vez al final no sea una gata salvaje sino simplemente una buena Mamá.

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