Esta mañana encontré en mi lectura reflexiones de esas que llamo preventivas. Me hacen pensar en cosas que desde mi punto de vista no estoy haciendo pero de las cuales debo tener el ojo alerta para no caer.
Se trata de las relaciones que debemos tener con las personas. Sobre todo cuando nos entregamos a los demás sin poner límites. Y no hablo de entregarnos en medio de una relación de parejas sino en cualquiera de nuestras relaciones personales.
“El adecuado amor de uno mismo es algo que debo preservar cueste lo que cueste…” dice Esther de Waal. En ocasiones al tener una relación con los demás nos entregamos tanto que nos descuidamos de preservarnos. En mi caso muchas veces, cuando estoy con alguien: con un amigo, con mis padres o mi familia, con mis hijos, a veces me olvido de que yo también soy importante y que lo que yo deseo en ocasiones debe primar sobre lo que quieren los demás.
Quiero aclarar que lo que voy a citar a continuación Esther de Waal lo menciona en otro contexto. Las relaciones personales adolecen de ciertas comportamientos: «Tentación de manipular a los demás, bombardear a los demás con nuestras exigencias e imponer nuestras expectativas, influir sobre los otros de modo que se sientan obligados a actuar como yo deseo y tratar de “mejorar a los demás u organizarles su vida por su propio bien”.
Al leer todo esto pensaba que en general yo soy bien pasiva en mis relaciones personales, es decir, no creo que trate de manipular a los que me rodean. He tratado siempre de ser bien respetuosa de la vida de los demás, pero tal vez debido a esa pasividad, he sentido en algunas ocasiones, que alguna gente de la que me he encontrado en mi entorno sí intenta “arreglarme mi vida”.
Uno de los principios de mi vida es tratar siempre de no decir todo lo que pienso, sobre todo si sé que podría ofender a alguien, pero confieso que hay algunas ocasiones en que he sentido deseos de decir: “Mira y a ti que te importa lo que yo hago con mi vida”, pero hago silencio y cuando ciertos comentarios llegan me limito a sonreír, a evadir y a ignorar, aunque me molesten.
Mi post de hoy es preventivo, para recordar-me que cada cual tiene su vida y que si no me piden opinión de algo, es mejor dejar a los otros ser y no caer en la tentación de manipular, exigir, tratar de influir o arreglarle la vida a los demás.